
Y sale del dormitorio, a oscuras, sin ropa, dispuesto a coger el teléfono, como si fuera el fin del mundo.
¿Como que espérame, pero esto que es? Dejarme a mí con el postre a medias. ¡Señor que paciencia!
En realidad no se que es peor, si que te dejen a medias o que esto se produzca por culpa de la suegra, por muy bien que se lleven tu pareja y tu madre estas cosas joroban un poco.
El caso es que has dejado a la parienta en la cama, ardiendo como una hoguera en enero, y con una mala leche que no hay quien la aguante.
Si no sucede muy a menudo lo podemos considerar un descuido, pero como sea una costumbre, la has liado pero bien. Ya no puedes arreglarlo con nada, porque seguro que a lo que regreses a la cama con decisión de rematar el asunto, tu pareja ya se ha quedado dormid@ y por mucho que de des besitos no hay nada que le haga despertar. Y más te vale que no abra los ojos...
Y es que siempre se ha dicho que tres en la cama son multitud.
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