domingo, 9 de diciembre de 2018

La noche caía sonar la ciudad de las estrellas, y a pesar de ser otoño, hacía calor.
Alba preparó en aquella habitación una botella de orujo y un trozo de tarta de almendras y bombones de chocolate negro y sal.

Después de un largo paseo por Santiago y tras meses sin verse, Xel y Alba volvían a compartir cama.
Ella enloquecía con cada una de las pecas que Xel tenía en la espalda, las había besado todas. Había recorrido a besos todo el cuerpo de su amante. Todo. Él se abandonaba a todo lo que Alba pudiera hacer, y ella sabía cómo atacar, derretir a ese hombre era sencillo después de meses.
Unas caricias por el cuello, por los ricos de su pelo, un beso tórrido en la boca y una mano que se pierde por los interiores....

Se respetaban tanto que hasta para desnudarse, se pedían permiso. O incluso Xel, sabedor de que  Alba había sido acosada, le preguntaba varias veces si podía tocarla. Y Alba, se sentía segura con él. Despacio, con cariño, mimando esos cuerpos, él sabía tratarla. Ella, sin duda era también buena amante.

Medianoche y los cuerpos se fundían en uno. Temblando, respirando fuerte, agitando la cama, la perfecta comunión de aquellos amantes era puro amor.
Alba pidió tiempo, un hilo rojo se desprendía, algo le dolía. Ella estaba rabiosa por sentir que había fallado a su amante, y Xel lloraba pensando que no la supo amar bien. Pero se equivocaban. Alba no falló a nadie, pues aún dolorida, hizo estallar el falo de su compañero entre sus pechos, y Xel la miraba y una vez más le decía a Alba que su cuerpo era magia, que una mujer fuerte tiene en sí a una flor muy frágil y era única.

Abrazados, cayeron en brazos de Morfeo, para amanecer horas después ,  cubiertos de besos, desnudos, enredados, ardientes, sintiéndose de nuevo, amándose como ellos saben. Bajo la ducha caliente, abrazados, apurando lon minutos antes de volver a separarse Recordando la noche en que ambos hicieron temblar Santiago, deseando que sus caminos, sus cuerpos, sus vidas, vuelvan a juntarse de nuevo.

jueves, 1 de noviembre de 2018


A ver como explico esto...

¿Como puede ser que quiera tener una relación y por miedo, por lo que pueda pasar, ni siquiera la busque?

Aunque apareciera la mejor persona del mundo no me atrevería a lanzarme al amor y al deseo, a tener una relación.

Sin embargo es algo que deseo tener por compartir mi vida con alguien , por dar y recibir amor, porque se lo bonito que es estar enamorada, pero también se lo que duele dejar de estarlo.

¿Tendrá algo que ver que haya tenido relaciones negativas?

O incluso puede ser que si cada ser con quien intento entablar una relación solo habla de sexo.... parece que fuera lo más importante.  Y no. Para mí en una relación hay más cosas que sexo. Muchas más.

Pero me da miedo descubrirlas aunque en el fondo, una parte de mí está deseando sentir amor y cariño.

Porque una pareja también viaja, sale a cenar, a bailar, tiene gustos comunes, y se dan amor en pequeños gestos, se gustan más allá de lo físico. Y eso es, quizás,  lo que busco y no encuentro.

sábado, 25 de agosto de 2018



Como explicar que el cuerpo empieza a extrañar al ser amado. Que la falta de amor apasionado nos desarma.

Dicen que el sexo alarga la vida y que genera hormonas de la felicidad y yo no creía que fuera verdad hasta que a medida que pasaba más tiempo sin dedicar un rato al placer .... peor tenia el carácter, estaba susceptible, apagada, desganada....

Y es que tal vez el sexo es tan necesario como respirar.... distraerse de todo, abandonarse a un cuerpo que no es el propio y entregarse por entero.

Amarse. Y después de amar a la otra persona, seguir disfrutando de la vida juntos porque creo que el sexo se disfruta antes, durante y después del propio acto en sí.

Y pensar en el cuerpo desnudo de quien nos atrae, tal vez genere esas hormonas de la felicidad.
Besarlo, llenarlo de caricias, recorrer hasta lo más oculto... recordar como lo mimas cuando lo tienes al lado y mimar tu propio cuerpo.

Echar de menos ese aroma, ese tacto de seda, besar la espalda eterna, sentir como respiras, pero solo pensar cuanto nos amamos, como me amabas.... se pinta felicidad sobre cualquier cama.



domingo, 8 de julio de 2018

Merecemos ser felices y respetad@s



Hace unos días me dijeron una frase... "Creo que merezco tener una pareja".

No lo decían por mí,  sino que en un atisbo de ego alguien pensó que se merecía el privilegio de tener pareja, porque sí y punto.

¿Merecer? Parece que tener una pareja fuera un premio, como un trofeo que hemos estado esperando....
El significado del verbo merecer, es: estar en situación de que se te deba algo. Y que sepa yo, nadie nos debe proveer de una persona que nos acompañe en la vida.

El amor surge, nada más, en el lugar más insospechado, cuando menos lo esperamos.
Pero pensar que merecemos eso... Uf ! No lo veo claro.
¿Has luchado acaso para ello? Analiza si es que no tienes pareja, ni la has tenido nunca, porque ocurre eso, y que puedes hacer para en verdad ser merecedor@ de esa pareja que ansías encontrar.

Y en todo caso, creo que si tener pareja fuera algo merecíble, todo el mundo podría tenerla, sin excepciones, o acaso hay alguien que no merece ser amado, querido, convivir, tener descendencia, disfrutar y compartir la vida con alguien.

Encontrar una pareja no es fácil, pero, puedo asegurar, que mantener esa relación tampoco lo es, que no es cuestión de verse dos horas un sábado en el cine.
Una pareja, una relación se basa en la paciencia, en el respeto, la ayuda, el cariño, los intereses comunes, la convivencia.... Pero no desde luego, en el cuerpo que buscas, en la obsesión por el roce, en la perfección... Hay que aceptarse, y aceptar al otro.

Puestos a merecer algo, que sea felicidad, y respeto, sí, lo repito porque es importante, eso, sí que nos lo hemos ganado como seres humanos y sociales que somos.






martes, 26 de junio de 2018

¿Follamos o hacemos el amor?



Algunos/as me diréis que es lo mismo. Pues... Pues no. Al menos para esta que escribe.

Y es que follar, o frungir, o echar un polvo.... Es algo meramente sexual, no va más allá de lo coital, que consiste solo en una penetración, en alcanzar el orgasmo y punto.
Eso es puro sexo, deseo, lujuria.... Y para desahogarse, para un rollo de una noche puede valer...

Pero si tienes una pareja ámala, haz el amor con su cuerpo, siente su piel y cada cambio que las hormonas provocan.
El cuerpo pide cariño, las caricias, un masaje, una mirada, o simplemente disfrutar de la desnudez de nuestra pareja.

Pon una música  que de ambiente, una luz suave, un aroma que os guste.... 
Haz que la otra persona esté agusto, amarse es aceptar como somos, es hablarle al oído, besar cada poro de la piel.

Y algo importante... Si, hacer el amor, como indica la expresión, conlleva un sentimiento, el sentimiento de amar.

Y cuando aparecen en escena, el corazón manda, amas a tu compañera/o por encima de todo, adoras su olor, su tacto, su voz, y aunque lleves con esa persona media vida, amas como es, la amas por dentro y por fuera.

Que bonito es que mas allá de lo sexual, dos personas del mismo, o de diferente sexo, se acaricien, se miren, se sientan, y que apenas importe, su físico, o si van a llegar al orgasmo.... 
Ámate, y déjate amar, es maravilloso... 
El sexo es..., otro mundo, de paSión, de locura, de un orgasmo intenso,.... Pero muchas veces no sentimos nada más que placer... Solo eso.




lunes, 28 de mayo de 2018

Por tí.... Fuimos dos en mi cama.

Durante años en mi cama fuimos dos.
Por tí, le puse el nombre a este blog desde el que escribo.
Tú fuiste el compañero de sueños, el hombre al que entregué mi cuerpo por primera vez.
Podría decirse que contigo descubrí la pasión, el deseo, éramos novatos, vírgenes ambos, y aún recuerdo la primera vez que te mostré mi cuerpo.... 

Como amantes furtivos que se ven a escondidas con escasos 23 años....en las noches más oscuras, en una cama pequeña...descubriendo el placer.

Pasamos varios años compartiendo cama y nido y fueron duros pero también los mejores de mi vida.
Hace 14 años, hoy, nos dejamos llevar por la ilusión de comenzar un noviazgo, una relación de nueve años, en la que hubo mucho, mucho amor, pero la llama se acabó apagando, y yo sigo acordándome de tí. Yo quemé mi vida por tí y trato aún de resurgir de mis cenizas.

Ardimos muchas noches bajo las mismas sábanas, ahora me quemo en otras llamas, otros apagan mis fuegos y mis ansias de piel.
Ahora rozo mejor,  siento más, amo, y vibro de otra manera. 

miércoles, 11 de abril de 2018

¿Que sienten ellos durante el coito? Tengo esa duda



Me asaltaba una duda  hoy.

¿Qué sienten los hombres cuando están pentrando a una mujer?
Es algo que nunca he preguntado a mis parejas, y hoy he sentido curiosidad.....

Calor, si, eso es posible que lo sientan, porque en esos momentos, aunque en la calle nieve tú tienes calor, y tu pareja también.
¿Dolor? Tal vez eso dependa en parte de que la vagina por la que se adentran esté bien lubricada, eso, y la calma, lo suaviza todo.

Sentirán posiblemente las paredes rugosas de la cavidad femenina, y las contracciones de nuestros músculos pélvicos.
Y la piel, tan imprescindible el tacto, y tan olvidado a veces....

Qué pensarán, cuando la mujer tiene un orgasmo y se revuelve en la cama, respira, gime, duda, y le besa apasionada después de pedirle más. Me lo pregunto, tengo que investigarlo .

¿Y cuando ven el cuerpo de su amante por primera vez? Deseo, pasión.... Es todo un misterio.

A mí, como mujer... Me despiertan calor, pasión, me encanta oírles respirar, sentir tomo tiemblan, como endurece su miembro dentro de mí... Y hay algo que me gusta  aún  más. Y es que dejen aparecer su lado romántico, se dejen llevar, que sean cómplices de esa mágica fusión entre dos cuerpos.


martes, 13 de marzo de 2018

Curvas ante el espejo

Hacia un intenso calor en aquel cuarto, pero a pesar de conocerse hace meses, Alba se resistía a desnudarse ante su amado.
Ella no era una chica con un cuerpo diez, y aunque medía un metro ochenta, estaba gordita.

Por eso no quería mostrarse tal cual era, a la luz de las velas que Marcos puso en el dormitorio.
Pero, fue el propio Marcos quien le dijo: - me gustas como eres, mírate en el espejo, empieza a quitarte la ropa despacio y admira el cuerpo que alberga tu alma pura.

Alba se miraba, y dejaba pasiva que su chico la besara, él estaba ya desnudo, solo deseaba tener a su amada Alba en la cama y que ella se quisiera tal cual.
Tras unos minutos pensando, Alba se quitó el camisón de seda, tenía los pechos duros, grandes, una 115 más o menos....

Marcos le decía: Tesoro, esos pechos guardan un corazón muy grande, por eso son enormes, y son tuyos, naturales, y continuó din hablar, deslizando sus manos por la línea  del alba.

Ella, se quedó clavada ante el espejo. ¿Cómo puede puedes ver hermosa mi barriga? ¡Es enorme!
Pero mi vida, esa barriga, está llena de pasteles que te hacen dulce, y a mí me gustas dulce, cuando te beso me sabes a nata, a chocolate a miel, cuando te hago el amor destilas pasión y eres el mejor de mis postres.

Así, Marcos consiguió que Alba se sonriera ante el espejo. ¿Quieres tarta? Le dijo ella.

Te quiero toda, sin envoltorio, dulce.
Mírame, ¿acaso yo tengo un cuerpo perfecto? Para mí si, le dijo Alba.
Pues ya está, disfruta de él que es tuyo. Y así se dejaron caer en el placer de la carne.
Ella se deshizo acariciando a Marcos por el cuello, recorrió su cuerpo, con un hielo, con la lengua, él controlaba su orgasmo, lo hacía esperar, solo quería disfrutar de aquella piel de mujer que le rodeaba.

Alba le acarició los pies, los muslos, y sin tregua enfiló la dura verga de Marcos, la colocó entre sus grandes pechos, y a la par lamía el glande. No se podía parar, el sexo húmedo de Alba estaba a punto de alcanzar el orgasmo, y a la vez que ella se retorcía de placer, y encadenaba un órgano con otro, Marcos, estallaba sobre el pecho de Alba.

Aquellos cuerpos perfectamente imperfectos se habían ido al paraíso de la lujuria, al infierno del pecado.
Solo si las paredes hablaran, contarían más detalles, pero lo que sintieron ellos, es cosa de dos, de dos amsntes que desde la distancia cada noche se hacen el amor bajo las sábanas.

lunes, 19 de febrero de 2018

Agujeros y chocolate



La palabra siesta es un pedazo de lujuria para ellos.
Esos amigos que se aman libremente, pero que se deshacen en arrumacos.

Compartir espacios y cama, compartir tiempo y sueños, derrochar el amor hacer la guerra.

Y es que las siestas de la carne comienzan con un masaje, donde las manos se desplazan por dos cuerpos temblorosos, casi desconocidos.
Ella le acaricia la espalda, él le dice bajito que se siente agusto. Que le bese.... Y ella apunta con sus labios en el tapiz de piel.... Te quiero libre.

Él se da la vuelta, y Maria le besa el cuello, le muerde los pezones, y se acerca con calma a los labios de su Ángel, bésame, bésame todo.

La ropa incomoda, todo sobra, y los cuerpos se muestran tal cual, quiero sentir tu cuerpo dice Maria, no hay mejor abrigo que tu piel.

Ella desliza su lengua por todo el cuerpo de su compañero, y él le acaricia el pelo, quieren amarse sin tregua.

Me dejo llevar, me entrego a tí, hazme tuya, solo ese instante, le dice. María boca arriba espera que su amante la derrita, cierra los ojos y siente como unos dedos fríos acarician sus senos, y un dedo se introduce en su boca.... ¿Chocolate? Siiiiii, dulce pecado.

Tiembla, sabe que en algún momento una verga descomunal la hará vibrar, pero pide que sea despacio, con sentido, con pasión, con tacto, y él consciente de que María arde en deseos la va penetrando, suave, lento, húmedo....

Ella gime de placer y a horcajadas, se remueve por la cama, se muerde los labios para no gritar, se empieza a ir.... Siiii, la piel se siente, María y Angel se funden en un beso, se pellizcan, se miran..... María se corre dos veces, los encadena....

Ella le promete perderse por un agujero negro, en busca de tesoros ocultos, y lubrica sus dedos, investiga, como una exploradora, y encuentra en lo más profundo un punto solo al alcance de pocos...  Quiere que él disfrute, que explote en sus pechos, y atrapa el miembro de su amante entre los senos, y la agita, él quiere que María disfrute de su leche y no se resiste, quiere leche y se afana en hacer explotar todo. Que se vacíe su amante, que le entregue todo, y mientras un dedo gira en lo profundo, muerde unos pezones duros y al fin ella se sacia sorbiendo todo lo que él le entrega.

María se recuesta en el pecho de Ángel, el acaricia la melena de ella, y ella apenas puede hablar. Quiere más siestas como esa.
Quiere vibrar, sentir, fluir, quiere sexo, amor, amarse libre. Amarle a él y ser amada.