viernes, 4 de enero de 2019

A veces, si te sientes bien con quien compartes lecho, pierdes la vergüenza, los miedos, y no queda nada de aquella mujer temerosa que aún a veces siente miedo, o pudor ante un hombre.
Pero, si encontramos un hombre que ve en su amante algo más que un cuerpo penetrable, el amor, el sexo, pueden ser maravillosos.

Y si tengo que amarte como quiero que me amen, como a mí me gustaría, te pondré rosas, y una luz tenue que no sea blanca,me cantaré baladas....

Y antes de desnudarte, te besaré despacio, cada lunar, cada recoveco, acariaré tu pelo, tu espalda, tus senos y tus nalgas. Te morderé los labios y los pies.

Me fundiré contigo en un abrazo bajo las sábanas, te diré mil y una veces lo que me haces sentir, te besaré la boca durante minutos, y te iré arrancando la ropa, hasta sentir tu cuerpo con el mío, y desnudos, amarnos sin medida.

No pediré permiso para comerme hasta lo más profundo, para que nuestros sexos se mezclen.

Dejaré que mi amante se pierda entre mis piernas, que pueda escalar todas mis curvas, que me muerda, y de recuerdo me deje un beso eterno.

Que mi sexo te sienta, y a la par nos marchemos..... Corramos, lejos....aaahhh, que los dedos se pierdan en lo más oculto, y sin parar, la cama tiemble, que no nos oiga nadie, una vez, otra más, y sin aliento, acostarme en tu pecho.... Y dormirnos hasta la mañana siguiente.


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